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¡Soy Malo en el Fútbol!. Autoestima en Jóvenes Futbolistas

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Guillermo, con solo 12 años, entró en el coche, regresaba de su entrenamiento de fútbol con la mirada baja. No quería hablar y su rostro se veía que no estaba feliz. Cuando su madre le preguntó cómo había ido el entrenamiento, él respondió: «Mamá, me dicen que soy malo en el fútbol. ¡Lo quiero dejar!». Aquellas palabras, cargadas de desilusión, reflejaban el impacto que tienen las críticas y las comparaciones en la autoestima y motivación de los jóvenes futbolistas.

El fútbol, más que un deporte, es una pasión que une a millones alrededor del mundo. Desde edades tempranas, niños y adolescentes se sumergen en este mundo con ilusión y sueños de grandeza. Sin embargo, en el camino, no son pocos los que se enfrentan a desafíos que ponen a prueba su confianza y amor por el juego.

El propósito de este artículo es guiar a los padres, en la tarea de comprender y apoyar la autoestima y la motivación de estos jóvenes promesas. Más allá de formar grandes jugadores, se trata de formar individuos resilientes y apasionados por lo que hacen.

El impacto de la autoestima y la motivación en el fútbol base:

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La autoestima puede definirse como la valoración que hacemos de nosotros mismos en base a las percepciones y evaluaciones que recogemos a lo largo de nuestras experiencias. Es ese sentimiento interno que nos dice si somos «suficientemente buenos» en algo, y en el contexto del fútbol base, determina en gran medida cómo un joven se siente respecto a sus habilidades en el campo.

Por otro lado, la motivación es el motor que impulsa a estos jóvenes a entrenar, mejorar y competir. Es lo que les lleva a levantarse temprano para entrenamientos, a esforzarse en cada partido y a superar los retos que el deporte les presenta.

Cuando la autoestima y la motivación están en sintonía, los jóvenes futbolistas florecen. Se sienten confiados en sus habilidades, están dispuestos a asumir riesgos en el campo y, lo más importante, disfrutan del juego. Sin embargo, cuando su autoestima se ve afectada, ya sea por críticas externas, comparaciones o experiencias negativas, su motivación puede decaer rápidamente. El pensamiento de «no soy bueno para esto» puede ser devastador, llevando a algunos a abandonar el deporte prematuramente.

En el fútbol base, donde las habilidades se están desarrollando y la personalidad de los jugadores todavía está en formación, la autoestima y la motivación juegan un papel crucial. No solo afectan el rendimiento en el campo, sino también cómo estos jóvenes enfrentan los desafíos, interactúan con sus compañeros y entrenadores, y construyen su identidad como deportistas.

¿Por qué algunos niños y adolescentes se sienten menos capaces?

En el trayecto de cualquier joven deportista, no es raro encontrarse con momentos de duda o inseguridad. El fútbol, como muchos otros deportes, presenta un ambiente altamente competitivo, donde cada acción puede ser el foco de juicio. Pero, ¿por qué algunos niños y adolescentes sienten que no están a la altura?

Factores externos:

  • Críticas: Un comentario negativo, ya sea de un entrenador, un compañero o incluso un espectador, puede tener un fuerte impacto en la percepción que un joven tiene de sí mismo. Una crítica mal gestionada puede transformarse en una creencia limitante.
  • Comparaciones: En un mundo impulsado por las redes sociales y la constante comparación, muchos jóvenes sienten la presión de medirse con otros. Al ver a compañeros destacar o recibir elogios, pueden sentir que están quedando atrás.
  • Presión de padres o entrenadores: A veces, el deseo de los padres o entrenadores de ver triunfar a sus jóvenes puede traducirse en una presión excesiva, llevando al jugador a sentir que nunca es suficiente.

Factores internos:

  • Autocrítica: Algunos jóvenes tienen una tendencia natural a ser duros consigo mismos. Un error en el campo puede ser motivo de rumiación y auto-reproche por días.
  • Miedo al fracaso: La idea de no cumplir con las expectativas, ya sean propias o de otros, puede ser paralizante. El temor a cometer errores puede hacer que un jugador no se arriesgue o no disfrute del juego.
  • Perfeccionismo: Si bien esforzarse por ser el mejor es admirable, la obsesión con la perfección puede ser contraproducente. El perfeccionismo puede hacer que los pequeños logros se sientan insuficientes.

Entender estas razones es el primer paso para abordarlas y brindar el apoyo necesario. Reconociendo las fuentes de inseguridad, podemos empezar a construir un ambiente más saludable y propicio para el crecimiento de nuestros jóvenes futbolistas.

El papel de los padres y entrenadores:

Tanto en la victoria como en la derrota, el apoyo de los padres y entrenadores es fundamental para el desarrollo emocional y deportivo de un joven futbolista. Ellos son, muchas veces, las figuras principales que influencian cómo un jugador percibe sus propias habilidades y su valor dentro del equipo.

Las palabras y acciones de los padres: un doble filo:

  • Reconocer el esfuerzo, no solo los resultados: Celebrar cada gol es fantástico, pero es igualmente vital reconocer el esfuerzo y la dedicación detrás de cada entrenamiento o jugada, independientemente de si terminó en gol o no.
  • Críticas desde el amor: Todos queremos que nuestros hijos mejoren, pero la forma en que se da el feedback es crucial. En lugar de señalar lo que hizo mal, es más efectivo ofrecer orientación sobre cómo puede hacerlo mejor la próxima vez.
  • Evitar comparaciones: «¿Viste cómo juega el hijo de los Pérez?» Este tipo de comentarios, aunque parezcan inofensivos, pueden minar la confianza de tu hijo. Cada joven tiene su ritmo y trayectoria.

Ser un pilar de apoyo:

  • Mostrar empatía en los momentos difíciles: Después de un partido complicado o un error en el campo, un simple abrazo o palabras de aliento pueden marcar la diferencia en cómo tu hijo procesa la situación.
  • Enseñar la pasión por el juego: A veces, el simple acto de jugar al fútbol en el parque, sin presiones ni expectativas, puede recordarle a tu hijo el amor por el deporte.
  • Valores sobre habilidades: Más allá de las habilidades en el campo, es esencial inculcar valores como el respeto, el trabajo en equipo y la perseverancia.

Los padres tienen una influencia innegable en la vida de sus hijos. En el mundo del fútbol base, donde las emociones pueden ser intensas, es esencial que los padres actúen como un refugio seguro y una fuente de aliento constante. No se trata solo de formar buenos futbolistas, sino de formar individuos confiados, resilientes y apasionados.

Estrategias para padres: fortaleciendo la autoestima y motivación de sus hijos futbolistas:

Como padre, es natural querer proteger y elevar la confianza de tu hijo. En el ámbito del fútbol, hay varias estrategias que puedes implementar para fortalecer su autoestima y mantener viva su pasión por el deporte.

1. Comunicación abierta:

  • Habla con tu hijo: Después de un entrenamiento o partido, pregúntale cómo se siente, qué aprendió o qué le gustaría mejorar. Escuchar activamente le demuestra que te importa su experiencia y bienestar. Preguntar «¿Cómo te sentiste hoy en el entrenamiento?» en lugar de simplemente «¿Cómo fue el entrenamiento?» puede abrir una ventana a sus emociones.
  • Escucha activa: Si tu hijo menciona que se sintió frustrado por no hacer un buen pase, en lugar de minimizarlo, puedes decir «Entiendo que te sientas así, cada día es una oportunidad para mejorar».

2. Establecer metas realistas:

  • Objetivos a corto y largo plazo: Un objetivo podría ser «Practicar 10 minutos diarios tus tiros a la portería o dar toques y cada día 5 más» o «Trabajar en fortalecer la relación con sus compañeros».
  • Celebra cada logro: Si tu hijo logra hacer un pase que antes le costaba, celebrarlo con un «¡Viste lo que lograste con práctica!»

3. Fomentar la resiliencia:

  • Enseña a tu hijo a enfrentar los desafíos: Hablar sobre momentos difíciles y cómo pueden ser vistos como oportunidades de aprendizaje. Un error en el campo no define a un jugador; es cómo se recupera lo que realmente cuenta. Por ejemplo, Sí, perdiste el balón en esa jugada, pero observa cómo te posicionaste mejor que la última vez. Imaginate a Lionel Messi, pequeñito, los compañeros y contrarios se podría reír de él por ser más pequeño que los demás, y encima diagnosticado con una deficiencia de hormona de crecimiento, superó obstáculos para convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo (No soy del Barsa ;-))

4. Valorar el proceso, no solo los resultados:

  • El viaje es tan importante como el destino: Más allá de las victorias y derrotas, es fundamental que tu hijo aprenda a valorar el proceso de entrenamiento, aprendizaje y mejora. Después de un partido, en lugar de preguntar «¿Ganásteis?», podrías decir «¿Qué disfrutaste del juego de hoy? Y ya para gente pro sería algo así: Me di cuenta de que estuviste muy atento y concentrado hoy, y aunque ese tiro no entró, la técnica fue excelente.

5. Actividades fuera del fútbol:

  • Equilibrio en la vida: Asegúrate de que tu hijo tenga tiempo para otras actividades que le gusten, ya sean hobbies, tiempo con amigos o simplemente relajarse. Esto ayuda a mantener una perspectiva equilibrada y reduce la presión asociada al deporte.

6. Apoyo incondicional:

  • Estar allí, en los buenos y malos momentos: Tu hijo debe saber que, independientemente de su rendimiento en el campo, siempre contará con tu apoyo y amor incondicional. Acuérdate que la frase que más va a calar a la larga a tu hijo no es otra que:

«Estoy orgulloso de ti por tu esfuerzo y siempre estaré aquí para apoyarte»

Ser padre de un joven futbolista es un viaje con altos y bajos, pero con el enfoque correcto, puedes ser la roca y el mayor fan de tu hijo, ayudándole a construir una autoestima fuerte y una pasión duradera por el deporte.

Casos de éxito: el impacto positivo de un entorno de apoyo en el fútbol base:

A lo largo de la historia del fútbol, hay numerosos ejemplos de jugadores que, gracias al apoyo de entrenadores, compañeros de equipo y su entorno cercano, superaron adversidades y alcanzaron el éxito profesional. Estos casos sirven como inspiración y demuestran el poder del aliento y la confianza en el proceso de desarrollo de un futbolista.

Andrés Iniesta

El talentoso mediocampista español, que posteriormente brillaría en el FC Barcelona y en la selección nacional, pasó por momentos difíciles en su juventud. Cuando ingresó a la cantera del Barça, La Masía, sufrió de homesickness al estar lejos de su familia. Sin embargo, el apoyo constante de sus entrenadores y compañeros lo ayudó a adaptarse y desarrollar su increíble talento.

Marcus Rashford

El delantero inglés, que se ha destacado en el Manchester United, enfrentó dificultades económicas durante su infancia. Pero gracias a su determinación y al apoyo de entrenadores y compañeros en las categorías juveniles, pudo superar estos obstáculos y convertirse en un jugador estrella, y más allá del campo, un líder social.

Marta Vieira da Silva

Considerada una de las mejores futbolistas femeninas de todos los tiempos, Marta creció en una región humilde de Brasil. A pesar de las adversidades y del escepticismo inicial sobre su futuro en el fútbol femenino, el apoyo de sus primeros entrenadores y la confianza de sus compañeras de equipo la impulsaron a alcanzar la cima del fútbol mundial.

N’Golo Kanté

El mediocampista francés, pieza clave en el Chelsea y en la selección francesa campeona del mundo en 2018, tuvo un inicio tardío en el fútbol profesional en comparación con otros jugadores. A pesar de las dudas de algunos sobre su estatura y físico, el apoyo de sus entrenadores en clubes más pequeños y el aliento de sus compañeros lo ayudó a demostrar su valía y a convertirse en uno de los mejores en su posición.

Luca Toni:

El delantero italiano no jugó en la Serie A hasta los 24 años y no se estableció en un club grande hasta los 28, cuando fichó por la Fiorentina. Sin embargo, Toni demostró que la paciencia y el esfuerzo rinden frutos, ya que se convirtió en uno de los goleadores más prolíficos de Italia, ganando la Bota de Oro en 2006.

Conclusión:

La travesía en el mundo del fútbol base no es sencilla. Se trata de un camino lleno de desafíos, donde la autoestima y la motivación pueden verse afectadas por múltiples factores. No obstante, como hemos explorado a lo largo de este artículo, el apoyo, la comprensión y el aliento adecuado, en especial por parte de los padres y entrenadores, pueden marcar la diferencia en el desarrollo emocional y deportivo de un joven futbolista.

Historias de jugadores que han superado adversidades, que comenzaron tarde o que demostraron que con perseverancia todo es posible, sirven como recordatorio de que cada individuo tiene su propio ritmo y camino. La paciencia, el amor por el juego y la creencia en el potencial propio y ajeno son esenciales para alcanzar el éxito, sea cual sea la definición personal de este.

Así que, a todos los padres recordar siempre brindar apoyo y comprensión. Las palabras y acciones tienen un peso significativo en el corazón de un niño o adolescente. Juntos, podemos asegurar que el fútbol siga siendo una fuente de alegría, aprendizaje y crecimiento personal para las futuras generaciones.

Si necesitas ayudas en un caso especial te puedes poner en contacto con nosotros para que podamos charlar de tus preocupaciones.

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